jueves, 1 de agosto de 2013

COMO EL SISTEMA VA DAÑANDO TU MENTE


La mente es una valiosa posesión humana, somos seres con unas capacidades increíbles y nuestro poder es semejante al de los propios dioses, lamentablemente, desde que somos jovenes, nos implantan modelos de conducta y aprendizaje que destruyen sistemáticamente una valiosa parte de nuestro cerebro, esta eliminación supondrá un lastre para toda la vida al que de manera inconsciente nos tendremos que acostumbrar toda la vida e incluso en algunos casos defenderemos dicha "eliminación" transmitiendo tan erróneos conceptos a todos aquellos que nos rodean.
En el siguiente video hablamos de todo ello y proponemos un pequeño experimento final.



A nadie le cabe duda de que vivimos en un mundo cotizado por la contaminación, el egoísmo y la soledad basada en el egocentrismo.  Todos esos males simplemente son causados por la falta de amor.
La sociedad actual ha matado el amor primigenio, esencial, para reemplazarlo por otras compensaciones como el dinero, las posesiones materiales.  Se ha racionalizado este sentimiento, porque  ha pasado por un análisis mental, y la mente es un manojo de deseos, tiene abusos, limita nuestras potencialidades, entonces, esta mente  atrapa y somete hace que el ser humano   equipare al amor con posesión.
No entendemos que el amor funciona de diferente manera.  Las personas que ponen toda su confianza en el dinero, no se dan cuenta que este se va mermando porque se lo va gastando y  la insatisfacción seguirá por más que tenga todo el dinero del mundo.  Sin embargo, el amor se puede compartir con todo el mundo ya que es fuente, es infinito, y si se lo da honestamente, se multiplica y eleva el espíritu, atrae a la gente, a los animales, incluso a las plantas.
Se han hecho experimentos con plantas de similares características con el mismo riego e igual calidad de tierra, solo que a  unas se les demostraba cariño, mientras que a las otras no. A unas se les hablaba y se las regaba con ternura, a las otras se las ignoraba y escupía. Las primeras daban buenos frutos y crecían en buen estado mientras que a las últimas eran mustias e infértiles.
El amor es energía constructiva, que eleva todo lo que recibe,  no hay problema que no pueda solucionar.
Pero en este tiempo tenemos el corazón cerrado, es casi un instrumento mecánico, incluso nuestras oraciones son mecánicas, el estrés recalienta nuestros pensamientos y muchas veces nos hace vivir verdaderas guerras de las galaxias en la cabeza. Culpamos a todos y a todo, y cada vez nos encerramos en nuestra burbuja.
La enfermedad más importante de nuestros días se llama “soledad”. Incluso estando acompañados, en farras, experimentando promiscuidad, en reuniones, hasta incluso con pareja, nos sentimos solos. Nos da miedo comprometernos, relacionarnos sentimentalmente.
Algunos contraen matrimonio no por amor sino por miedo a la soledad. Todo gira alrededor de nuestra existencia, de nuestra importancia,  y es porque el miedo está en el centro de nuestra mente, y nos aísla de nuestra vida y de nosotros mismos.
El amor en la actualidad es una palabra que usamos pero que no lo experimentamos.
Cuando el amor está presente solo hay perdón. No hay miedo. No existe envidia.
Hay solidaridad, aunque para algunos esta palabra les parezca trillada.

El amor es una fuerza cohesiva ya que junta a las personas, es el mínimo común de la humanidad, de la vida misma. El amor elude los idiomas, las razas, las nacionalidades.
El amor es la espiritualidad y por consiguiente la vida misma. El amor hace que todo sea incluyente, está sobre lo bueno y lo malo, sobre lo correcto o lo incorrecto. Es todo lo que no se puede expresar con palabras, pero es todo lo que mantiene la fe.
SARA PAVÁN