martes, 3 de junio de 2014

LA SOLEDAD EN EL AMBIENTE GAY

La soledad un mal que nos acecha a todos...


No es nada extraño que la soledad en el mundo gay nos motive a una búsqueda frenética y poco lógica de compañía y de pareja. Por lo general utilizamos diversos medios para sobrellevar la soledad como los que la tecnología y las distintas sociedades nos ofrecen: usamos Internet, vamos a saunas, bares, discotecas, gimnas...ios y diferentes lugares públicos, cada uno de ellos con sus propias peculiaridades y peligros.
La soledad es común también al mundo heterosexual, sin embargo, en los individuos gay es más intenso debido a las condiciones homofóbicas imperantes y que muchas veces interiorizamos y que nos hace más difícil conseguir una estabilidad sea tanto en compañía o en la misma soledad. No obstante, seamos gay o no, todos buscamos una compañía o un estado de armonía con nosotros mismos donde prevalezca el respeto, la consideración y el amor, pero sobre todo el amor propio y la autoestima.
La soledad tiene uno de sus origen en la misma manera que nosotros nos miramos, es decir en la auto discriminación. Entre las auto discriminaciones podemos mencionar la edad, el status social, la belleza y el dinero entre otras. Todas estas características que absurdamente nos limitan el acceso al amor y a la compañía, pues postergamos las posibilidades de conocer personas reales y nos fijamos en la parte frívola, vinculándonos de manera superficial, cuando en realidad lo que buscamos es una verdadera compañía incondicional.
Es muy común que los prejuicios internos nos lleve a desechar gente por el sólo hecho de ser gorda, o por ser para nosotros fea, o porque no posee un carro último modelo, sin ni siquiera llegar a conocerlas bien y desaprovechamos una oportunidad valiosa de conocer personas únicas y que a lo mejor tiene mucho amor que ofrecer. Estas trabas o discriminaciones han hecho que mucha gente invente o mienta sobre su propia personalidad creando además otro punto menos a su favor en la búsqueda de pareja. Creamos así un mundo lleno de frivolidades y de mentira que tanto odiamos y que es tan común en el ambiente.
La soledad en el mundo gay no sólo se origina en los contratiempos sociales homofóbicos, sino más intensamente en nuestras propias conductas auto excluyentes, que lo único que logra es hundirnos cada vez más en la promiscuidad que después de experimentarla y terminarla, sufrimos y sentimos aún con más intensidad y pavor, la soledad y el abandono.
La soledad, sin embargo a veces no es tan mala como parece, y en ciertos casos es necesaria para desarrollarnos como personas, la cuestión está en no sentirnos abandonados y a la deriva, muchas veces es “mejor estar solo que mal acompañados”. La soledad es una situación que hemos de aspirar a convertir en transitoria y que conviene percibir como no forzosamente traumática. Podemos mutarla en momento de reflexión, de conocernos a fondo y de encontrarnos sinceramente con nuestra propia identidad.
La soledad es buena para revisar nuestros errores, es buena para conocer nuestras vanidades y defectos, en mejorar nuestras virtudes, en derrumbar los prejuicios que nos habitan. La soledad es un problema que nos afecta a todos, pero en la medida que sepamos vivir con ella (no es que sea ese nuestro objetivo) nos llegamos a conocer a nosotros mismos y podemos así establecer las causas internas y externas de nuestra supuesta soledad y poder más adelante conseguir esa compañía que tanto deseamos y que debe estar fundamentada principalmente en el amor.
Cali maduros.
OMBRES

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