martes, 25 de noviembre de 2014

EL BUEN MAESTRO, NO BUSCA DISCIPULOS

CARACTERÍSTICAS DEL MAESTRO EN LA ANTIGUA ERA

-Hacía discípulos y lo seguían de por vida.
-Dependencia a su doctrina y sabiduría.
-Retenía, creando escuelas de seguidores.
-Control rígido hacia sus discípulos por medio de dogmas, rituales, miedos morales y prácticas a cumplir.
-El maestro retenía para que se perpetuara su manera de ver y entender la filosofía de vida, espiritualidad, propuesta por él.
-En algunos casos el maestro se convertía en un "semi-dios", al cual había que rendirle culto y veneración.
-Sus palabras, enseñanzas y verdades, se convertían de inmediato en una "ley" dadas por absolutas.
-El maestro creaba dependencia, necesitaba de sus discípulos y estos de él.
-Solo enseñaba lo necesario, de tal forma que se guardaba el resto de su saber para mantener a sus seguidores bajo su tutela de por vida.





EL MAESTRO DE LA NUEVA ERA
CARACTERÍSTICAS DEL NUEVO MAESTRO

-Prepara a sus discípulos para que aprendan a "volar".
-No busca seguidores, sino mostrar una sabiduría que sabe no es de su pertenencia, sino un amor universal.
-Manifestado y deja claro siempre su no intensión de retener a nadie.
-Advierte de la verdad interna e individual de cada ser persona.
-Trabaja en la enseñanza teniendo en cuenta los procesos internos de cada discípulo.
-No dogmatiza nada, por el contrario hace ver que su doctrina queda abierta y sujeta a críticas.
-Enseña a dudar de todo, aún aquello que está ofreciendo de manera incondicional.
-Hace de guía, pero sabe que su luz es tan solo para iluminar, no para que lo busquen a él como fin y meta.
-Reconoce que cada cual lleva una verdad interna, luz y camino por recorrer.
-No solo muestra un camino, educa en la diversidad de senderos.
-Sabe que cada discípulo luego debe emprender y recorrer su camino por sí mismo y no el camino que él propone.
-No esconde nada que los demás no deban saber, está abierto al diálogo y al compartir en cualquier momento.
-El maestro sabe que debe retirarse en cualquier momento, de tal forma no procura constituirse en patriarca de nadie.
-El maestro sabe que también es discípulo y que los demás pueden ser sus maestros.
-El maestro sabe que es uno más, no pretende rangos ni categorías, sabe que es un servicio desinteresado por amor a su prójimo que es él mismo en su otro yo.

1 comentario:

  1. Debes abandonar el rebaño. No debes ser discípulo de nadie.
    El que busca discípulos solo busca ciegos seguidores.

    No, no estamos hablando de echarte a la montaña y alejarte de la civilización ni de convertirte en un personaje inadaptado y antisocial incapaz de relacionarse con el resto de la sociedad.

    Alejarte del rebaño es un arduo trabajo psicológico, que implica la recuperación del propio poder y criterio por encima de la opinión del resto del mundo.

    Un acto de extrema responsabilidad y generosidad, rayando en el heroísmo, pues no te reportará beneficios sociales, reconocimiento, ni recompensas materiales.

    No se trata pues de un acto de rebeldía adolescente, ni de una pataleta inconformista sin consecuencias.

    Es mucho más profundo: se trata de dar un salto evolutivo como individuo que favorece el salto evolutivo de toda la especie humana.

    Un ejercicio enriquecedor pero ingrato, muchas veces solitario y doloroso, pero que todos debemos emprender sin más dilación.

    Y es que paradójicamente, abandonar el rebaño es la mejor manera de salvar al propio rebaño de sí mismo.

    No te quepa ninguna duda de ello.

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