jueves, 21 de febrero de 2013

SEXO Y RELIGION... ENEMIGOS NATURALES?


 


Pensar en amor podría incrementar las creencias religiosas, mientras que pensar en sexo podría disminuirlas.

 Parece ser q...ue existe una relación entre lo que pensamos y nuestra capacidad de tener fe.
Las cosas en las que pensamos pueden incrementar o disminuir nuestra fe en Dios.
¿Cómo se explica esto?

DOS MUNDOS OPUESTOS

Existe una teoría subyacente que sostiene que hay dos maneras fundamentales en que la gente procesa la información:

 a) el pensamiento intuitivo (o creativo), que se caracteriza por la habilidad de poder ver lo que no se ve a simple vista, de poder ver en forma global las características de una imagen o acontecimiento, de ser más creativo, así como de poder pensar en forma abstracta respecto a lo inexplicable; y

b) el pensamiento analítico, que se caracteriza por la habilidad de ver la parte de forma concreta y específica, de poder ver los detalles y en encontrar soluciones a través de una lógica en cuanto se obtenga información suficiente.

LAS PRUEBAS

En base a esta información, los profesores Jens Förster, Kai Epstude y Amina Özelsel (2009) se propusieron realizar un estudio para comprobar la conexión cognitiva entre el amor romántico y la creatividad, por un lado, y el deseo sexual y el pensamiento analítico, por el otro. El estudio sugiere que cuando se piensa en el amor romántico, la gente tiende a centrarse en una perspectiva a largo plazo, lo que lleva a incrementar el pensamiento holístico y la creatividad, mientras que al pensar en encuentros sexuales, las personas tienden a centrarse en el presente y en los detalles concretos, favoreciendo así el pensamiento analítico. Debido a que las personas activan automáticamente estos estilos de pensar (en amor para la creatividad y en sexo para el pensamiento analítico, respectivamente), se concluye que el hecho de pensar en amor refuerza la función creativa, mientras que pensar en sexo refuerza la función analítica del pensar.

Entonces tenemos que aquellas personas que piensan en amor tienden a ser más creativas e intuitivas, y a pensar en el futuro y en forma global. Las personas que piensan en el sexo propiamente dicho tienden, por el contrario, a ser objetivas, específicas, concretas en su pensar y, por supuesto, poseen un pensamiento analítico.

En abril de 2012 se publica un estudio en la revista Science titulado El pensamiento analítico promueve la incredulidad religiosa, escrito por Will M. Gervais y Ara Norenzayan. El estudio evaluó la hipótesis, llegando a la conclusión de que el procesamiento analítico es un factor (presumiblemente entre varios) que promueve ciertamente la incredulidad religiosa. No obstante, los autores subrayan que el pensamiento analítico es sólo un factor que impulsa a la gente hacia el ateísmo y que en esta condición tienen que influir otras cuestiones tales como la cultura.

En base a estos dos estudios tenemos que, aquellas personas que piensan en sexo directamente, es decir, en el acto sexual, tenderán a poseer un pensamiento de tipo analítico, comprendiendo ahora que el pensamiento analítico promueve la carencia de fe, o bien, como menciona en su fuente original, la incredulidad religiosa. Por tanto, podemos llegar a la sorprendente conclusión de que pensar en sexo conlleva, en cierta forma, a la falta de fe o incredulidad religiosa.

La persona intuitiva que tiende a reforzar sus pensamientos de amor, tiene también más acceso al pensamiento abstracto, a creer en fuerzas invisibles, y por tanto tenderá a poseer más fe en Dios y a fortalecer sus creencias religiosas. Las personas que piensan en sexo se asocian con un pensamiento analítico, concreto y no piensan en posibilidades sino en lo que hay y se puede ver directamente. Este tipo de personas tenderán a debilitar sus creencias religiosas por falta de pruebas tangibles.

Esta conclusión, es reforzada por la actitud que muestra la religión frente al tema del sexo propiamente dicho, sin amor implícito. La conclusión explica muy bien el hecho de por qué la mayoría de las religiones adoptan una visión negativa hacia con el sexo, especialmente la lujuria sin amor. Por lo general, las religiones enseñan a la gente que tener pensamientos lascivos sexuales es "impuro" y una distracción para la naturaleza del espíritu.

Actos no procreativos como la masturbación están proscritos por las religiones monoteístas, por lo que no resulta una simple práctica para evitar el embarazo fuera del matrimonio. Las imágenes del demonio en el cristianismo están en realidad inspiradas en la imagen del antiguo dios griego Pan, quien se destacó por su naturaleza lujuriosa y sensual. El amor, por el contrario, es loado como una virtud cardinal, y el amor a Dios en particular, se considera de suma importancia. La idea de que "hay que amar a tu prójimo como a ti mismo" es ciertamente muy admirable como ideal, no obstante resulta dudoso que haya muchas personas por allí que lo pongan en práctica.

Puede haber muchas razones por qué la mayoría de las religiones tienden a idealizar el amor y repudiar la lujuria, pero la razón principal puede deberse a que la lujuria sin amor socava la creencia religiosa en sí misma. ¿Por qué estaba prohibido para Adán y Eva comer del árbol del conocimiento? ¿Acaso el conocimiento no está relacionado con el pensamiento analítico? Antes que Adán y Eva comieran la manzana prohibida, no tenían vergüenza de estar desnudos uno frente al otro. ¿Acaso no se referirá con esto a que en realidad no sentían lujuria (deseo sexual) uno frente al otro?

Psico-Asesoría en línea.

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