El año 1896 el psiquiatra Magnus Hirschfeld
presentó en la ciudad de Berlín un escrito
en el que mostraba a la homosexualidad
como parte de la sexualidad humana, en esta tesis el
profesional afirmaba que se debería estudiar científicamente a esta
preferencia sexual en lugar de considerarla un delito.
El año 1897, Hirschfeld crea el Comité Científico
Humanitario, organización destinada a la defensa de los derechos de los
homosexuales, esta asociación de científicos e intelectuales tenía como meta la
abolición del Párrafo 175 del Código Penal alemán, en el cual se consideraba
como un delito a las relaciones homosexuales entre varones.
A pesar del prestigio de este Comité solo hubo un partido político dispuesto a
defender su propuesta ante el Parlamento alemán, este fue el partido de los
obreros. El cofundador del Partido Socialdemócrata alemán, Augusto Babel un
destacado propulsor del marxismo, luchó sin descanso junto al Comité por la
supresión de la ley discriminatoria en contra de los homosexuales.
El año 1901, el prestigioso movimiento por la
emancipación de los homosexuales en
Alemania, presentó un escrito en contra del Párrafo 175 con el apoyo de seis mil firmas que exigían respeto y reconocimiento a los homosexuales,
entre estas personalidades se encontraban: Albert Eistein, León Tolstoi, Emile
Zola Tomas Man y Hermann Hesse.
En una obra del doctor Magnus Hirschfeld publicada
el año 1904 se hace una prolija descripción de la cultura homosexual en
Alemania, esta cuenta con centros culturales para el cultivo de las facultades
intelectuales, cabarets, restaurantes, tabernas, cafés, hoteles, teatros y
salas de baile. Los sitios mencionados no eran exclusivamente para el uso de
homosexuales, ya que también atraían a heterosexuales quienes aseguraban sentirse mejor en un lugar sin tanta cursilería.
La frontera entre el mundo gay y la ciudad heterosexual era prácticamente
inexistente.
El año 1908 el Comité sufrió un duro revés cuando
los homosexuales de clase alta y la aristocracia les retiraron la ayuda
económica, los diputados que ejercían presión sobre la Asamblea alemana para la
despenalización de la homosexualidad se sintieron inermes en su batalla. La
razón para el retiro de esta ayuda al Comité era la gran simpatía que sentían
los gays por los postulados socialdemócratas, ideas consideradas, como una
amenaza para los intereses de la aristocracia.
El año 1914 había en Berlín más de 40 bares de
ligue homosexual, la visita a estos lugares de esparcimiento cautivaba a
artistas, intelectuales y humanistas heterosexuales, pues su atmósfera adquiría un tinte surrealista por la personalidad
que le imponían los gays. Estos espacios disponían del ambiente ideal para la discusión
política. Una de las mentes más brillantes que ha tenido la humanidad como la
del físico Albert Eistein enviaba a las románticas parejas gays una serena mirada
de aprobación.
Mientras esto ocurría en Alemania, en Rusia la lucha por los derechos de los obreros y
grupos excluidos como el de los homosexuales adquirió un impulso general
con el triunfo de la Revolución de octubre.
El movimiento marxista consideró que había llegado
el momento de desencadenar al pueblo gay,
uno de los sectores sociales más sojuzgados por la poder imperante. En
lo más excelso del pensamiento revolucionario se consideró que la causa de lucha
de los homosexuales era la misma causa por la cual luchaba la clase obrera.
Durante la Revolución rusa el movimiento gay y el
movimiento obrero se aliaron en el intento para liberarse de la discriminación
a la que siglos de oscurantismo los
habían condenado.
Los bolcheviques dirigidos por Vladimir Ilich
Lenin tenían como idea básica trabajar por la igualdad de todo los seres
humanos, Lenin consideraba que fijar a
la heterosexualidad como la única conducta permitida en la sociedad no tenía
nada de marxista y además era una postura antisocial. En diciembre de 1917, o
sea a pocos días del triunfo mencionado,
la ley zarista antihomosexual fue
derogada.
En el año 1922 el Comité Científico Humanitaria
creado por el médico Hirschfeld, había establecido 25 filiales que funcionaban en los Estados Unidos y en
varios países europeos. Un año más tarde
en un documento publicado por el Instituto Moscovita de Higiene Social se
informaba que en la legislación soviética a la homosexualidad se la trataba
“como algo natural”.
El año 1928 la delegación de la Unión Soviética
que participó en el Congreso de la Liga Mundial para la Reforma Sexual, en la
ciudad de Copenhague propone a las delegaciones asistentes la despenalización
de la homosexualidad. Por esta misma época en Alemania, el nombre del ya desaparecido
Lenin gozaba de mucha admiración entre
los homosexuales muchos de los cuales lo
consideraban un autentico liberador por haber despenalizado la homosexualidad,
por esta razón los miembros de la comunidad gay
empezaron a adherirse masivamente a las filas del partido comunista
alemán.
El este ambiente amenazado por la constante expansión de los nazis, los comunistas de
Alemania los desafiaban con la siguiente declaración en relación a los
relaciones homosexuales entre varones:: “el proletariado considera a estas
relaciones como una forma especial de gratificación sexual y pide que esta
forma de vida sexual tenga las mismas libertades… que las relaciones sexuales
entre distintos sexos”.
A pesar de la tormenta que se avecinaba por el
poder militar de los nazis, el año 1928
la lucha para eliminar el artículo del código jurídico alemán que incriminaba a
la homosexualidad se mantenía con vigor, esta vez se habían unificado en torno
a esta causa todos los delegados de los partidos políticos alemanes quienes utilizaban
desesperadamente todas las estrategias necesarias para conseguir que el
Parlamento alemán elimine el Párrafo 175, pero lastimosamente se tenía dentro
del Parlamento un fuerza apocalíptica encarnada en el Partido
Nacionalsocialista (Nazi) cuyos legisladores en forma violenta sentenciaban:
“cualquiera que crea en el amor homosexual es enemigo nuestro” .
En las elecciones de 1929, el Partido Nazi
obtuvo 107 escaños en el Parlamento
alemán, este hecho fulminó todas las esperanzas de reformar las leyes que
criminalizaban la homosexualidad.
La composición política del Parlamento alemán se
convirtió en una fuerza adversa a los derechos humanos y marcó el inicio de uno
de los periodos más trágicos para la historia de los homosexuales. Los sentimientos que se experimentaron en el
seno de la comunidad homosexual fueron similares a los sentimientos que
experimenta quien se encuentra en la antesala de su muerte.
El 30 de enero de 1933, Adolf Hitler se convirtió
en canciller de Alemania, e inmediatamente fueron prohibidas las organizaciones
humanitarias que luchaban por los derechos de
los homosexuales.
El 6 de mayo de 1933, los nazis saquearon y
quemaron una de las bibliotecas más importantes para estudiar la conducta
sexual humana, el Instituto de Ciencias Sexuales de Berlín de propiedad de Magnus Hirschfeld. Este
centro internacional, posibilitó el estudio de todos los aspectos de la
sexualidad humana.
La era del horror había empezado, puesto que
Hitler había conseguido el poder gracias al apoyo de dos grupos paramilitares
que intimidaban a la oposición con actos terroristas, estas conjuntos fascistas
eran los SA o Camisetas Marrones y los SS o Camisetas Negras.
Las SA estaban comandadas por Ernst Röhm, amigo íntimo de Hitler con quien, éste jugueteaba y bromeaba,
Röhm era un gay confeso famoso en Berlín por las orgías que organizaba en su
residencia.
Luego de que Hitler se convirtió en canciller, su
amiguito Ernst le exigió una cuota de poder
y además se tomo la libertad de criticar
al partido Nazi, este osadía indignó a Hitler pues calificó a los cuestionamientos de Röhm como atrevimientos inaceptables.
La lucha por el poder entre Hitler y Röhm tuvo
repercusiones nefastas para las SA. El 28 de junio de 1934 en la “noche de los
cuchillos largos” los miembros de las SA de toda Alemania fueron arrestados y
acusados de conspirar contra Hitler.
Miles de miembros de las SA incluido su comandante Röhm, fueron
asesinados, los nazis justificaron estos crímenes convenciendo a la población
de que la estaban limpiando de “cerdos
homosexuales”.
Luego de esta sangrienta noche el destino de los
homosexuales de Alemania quedo sellado, con la ejecución de Röhm se procedió a
la disolución de los SA, los miembros de
esta milicia que demostraron total convicción con los ideales nazis pasaron a
integran las milicias de los SS.
En octubre de 1934 los nazis especializaban a los
SS en asesinar gays, para ello se creó un nuevo servicio de policía, el Centro
del Reich para combatir la Homosexualidad,
Heinrich Himmler jefe de las SS, se convirtió en la segunda persona más
importante de Alemania y fue él quien dirigió
esta “guerra sucia” contra los homosexuales desarmados.
El jefe de
los SS se encargó de esparcir entre la
población alemana, un rumor que señalaba a los homosexuales como los
mentalizadores de una conspiración internacional dirigida a destruir Alemania.
Desde este instante ya se podía percibir que los nazis utilizaban el Apartado
175 con el fin de silenciar a quienes criticaban su proceder, las acusaciones
de homosexualidad les otorgaron medios eficaces para silenciar y eliminar a sus
opositores, la maquinaria fascista buscaba pretextos para entrar en acción.
Como los nazis no podían reconocer a simple vista
a los gays, pues gays y heterosexuales corporalmente son idénticos, entonces se
valían de espías. Las artimañas de los espías de Himmler le permitieron hurtar
algunas listas de las organizaciones de defensa de los derechos de los
homosexuales.
El proceder de los SS en los campos de
concentración ha sido descrito por los sobrevivientes. Una vez localizados los
homosexuales eran violentamente
arrestados y trasladados junto a otros
prisioneros a los campos de
exterminio. Apenas los prisioneros
ingresaban a las cárceles se les desnudaba y ridiculizaba para desmoralizarlos,
posteriormente eran escupidos y
pateados. El silencio sepulcral de estas
celdas era permanentemente interrumpido por los gritos agónicos de mujeres y niños.
En cualquier sitio de estas prisiones era difícil
respirar por el humo que salía de los hornos crematorios y el polvo proveniente
de los molinos utilizados para machacar
los huesos que habían resistido la acción del fuego.
Los hombres de la Gestapo, cuando
se dirigían a los prisioneros lo
hacían con insultos y a fuetazos, por
ello los continuos suicidios de los reos
no sorprendían a nadie.
Un mísero alimento se conseguía a cambio de duros
trabajos, los que desfallecían por el cansancio en estas labores, recibían un
disparo en la nuca por inútiles y eran sustituidos por otros.
La narración de los horrores vividos por los
homosexuales en cárceles alemanas es
como una pesadilla que estremece a la conciencia de la humanidad.
Dentro de los campos de concentración los nazis
inventaron un sistema de símbolos para identificar a sus cautivos, a los
homosexuales les correspondió un
uniforme marcado con un triángulo rosa.
Los homosexuales fueron los principales sujetos
que sirvieron para los experimentos médicos. En
un experimento se les dilataba el
ano con tubos metálicos, en otro se les castraba y se les inyectaba testosterona.
Los nazis
fueron individuos de doble moral, sentenciaba de muerte a los
homosexuales que no simpatizaban con sus ideas, pero al interior de la alta jerarquía nazi se permitió todo tipo de prácticas sexuales.
Don Salomón Isacovici, un judío rumano,
sobreviviente de Auschwitz, Gross Rosen, Javorno y otro campos de exterminio ha
narrado lo que verdaderamente sucedía en las cárceles alemanas. La cúpula
militar asistía a los campos de concentración para obligar a muchachos adolescentes a mantener relaciones
homosexuales, independientemente de la orientación sexuales de estos menores.
Los homosexuales se convirtieron en un peligro para los nazis el momento en
que los cuestionaron. Las comunidades de homosexuales que vivieron antes y
durante la segunda guerra mundial eran dueñas de una gran madurez política,
resultado de los procesos ideológicos que experimentaron, por este motivo sus
miembros estuvieron alineados con el partido comunista o con
en el partido socialdemócrata. Los nazis en el
poder desataron una campaña criminal en
contra de comunistas y social demócratas, para detener a estos
movimientos políticos que extendían sus ideologías por el mundo.
En lo más intenso de esta pesadilla, se formaron
grupos de resistencia para derrotar a
esta maquinaria fascista, parte de estas agrupaciones clandestinas estuvieron conformada por miembros de la
comunidad gay, fueron homosexuales
muchos de los que se jugaron la vida para proporcionar información sobre los
planes militares de la Gestapo a las tropas Aliadas, estos personajes lograron infiltrase en todos los estratos de
la sociedad alemana.
La red de apoyo de los homosexuales a la
resistencia en la época del nazismo recibió el aliento de personalidades como:
Jean Paule Sartre, Simone de Beauvoir, Marlene Dietrich, Edith Piaf o Guido
Pasolini, hermano del cineasta Pier Paolo Pasolini.
El humanista cubano Felipe de J. Pérez Cruz
considera que es imperdonable que “las historias oficiales no aborden el tema
homosexual”. Finalizada esta conflagración universal los nombres de los gays
que ayudaron a derrotar a los nazis fueron prácticamente borrados de la
historia, como si su aporte al triunfo de los ejércitos Aliados no hubiese
existido.
Se estima que aproximadamente 50.000 hombres
homosexuales fueron asesinados durante
la época de Hitler, los que lograron sobrevivir a los campos de exterminio,
salieron de ellos envejecidos,
avergonzados, moralmente acabados y con un profundo sentimiento de
culpabilidad.
Los juicios
de posguerra obligaba a los nazis a resarcir a sus víctimas por el daño que les
ocasionaron, pero las personas encarceladas por
homosexualidad no tuvieron derecho a la compensación económica que
recibieron las otras víctimas.
Los nazis justificaron su persecución a los
homosexuales con la teoría de que éstos
eran enajenados mentales. Estas teorías fueron lanzadas al piso en 1958 cuando
Evelyn Hooker estudió a dos poblaciones
de hombres homosexuales y heterosexuales para evaluar su salud mental, los
resultados fueron contundentes, no se logró diferenciar a los hombres
homosexuales de los heterosexuales, pues
su nivel de salud mental era casi idéntico, incluso un poca más elevado en la
muestra homosexual.
El Apartado 175 que sirvió de pretexto a los
nazis para asesinar a sus enemigos
políticos fue derogado finalmente de la legislación alemana en 1969.
Eduardo Ramón L.©
Fuentes:
Plant Richard:
The Pink Triangle: The Nazi War against Homosexuals
Heger Heinz:
The Men with the Pink Triangle
Russell Paul: 100 gays
Pérez Cruz Felipe: Homosexualidad, homosexualismo
y ética humanista
Isacovi Salomón: A7393 HOMBRE DE CENIZAS
Mondimore Francis Mark: Una historia natural de la
homosexualidad
Streakley: Homosexual Emancipation Movement
Castañeda Marina: La Experiencia Homosexual
Bibliotecas Consultadas:
Universidad San Francisco – Quito
Universidad Andina Simón Bolivar - Quito
TODOS SOMOS UNO,
ResponderEliminarTODOS SOMOS LO MISMO.
Si lastimas a alguien, te lastimas a ti.
Si le robas a alguien, te robas a ti.
Lo que le das a otros, te lo das a ti,
y lo que le quitas a otro, te lo quitas a ti.